jueves, 11 de octubre de 2007

Visiones

Sin nombre

El deseo es una bestia ciega que corre en círculos
La oscuridad chirría debajo suyo.
Tiene los cuernos en el vientre.
y una marea de látigos en la espalda.

De la boca de la quietud
un exhalo de presagios

Llanto insensible la ciudad atardecida

Los filos del sol
sobre una manta de pétalos

Piedra de brazos abiertos

Columnas de agua
que invocan el día
cantan para imitar la luz

Sobre nuestras cabezas
las venas de un puño blanco
resplandecen

La respiración habita un palacio de gritos
Entierro gentil
con flores de humo

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