El chamán sacude
los árboles de mi vientre
-llenan el aire semillas antiguas-
sus manos arrastran una cosa incendiada
por mi pecho
El golpe de alas
desata la lluvia
Una ciudad gime
desde sus cimientos blancos
Una herida niña asoma
por la ventana,
una herida niña se despide
y se duerme
Hay en las paredes
humedad de muchos años,
sonidos secretos,
grietas sin nombre
El chamán arranca a los muros
blancos y amarillos
resplandores envenenados
Cae la lluvia hecha de manos juntas
Cae la lluvia sin conocer las flores
sobre la obediencia del bambú
cae
y en su lugar
hay un blanco vacío perfumado
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